La muerte de Nahel, un joven de 17 años a manos de la policía en Francia, ha provocado protestas y disturbios en el país.
La comunidad se ha dividido en opiniones, algunos consideran que el joven actuó en defensa de su madre y tomó la decisión correcta, mientras que otros creen que perseguir al agresor y dispararle más veces fue una respuesta excesiva.Este caso ha generado debates sobre la legítima defensa y los límites de la respuesta a la violencia doméstica, planteando interrogantes éticos y legales en torno a la situación.